El Pinot Noir es una de las variedades más antiguas del mundo, originaria de la Borgoña y responsable del gran prestigio de estos vinos.
Como características primarias de este tipo de uva se encuentran los aromas y sabores a hierba, especias, fresas, cerezas, frambuesas, mora, violetas, pimienta negra, ciruelas, comporta de ciruelas, ruibarbo, remolacha y ciruelas secas.
Como fruta evolucionada son característicos los aromas y sabores a piel, tabaco, setas, sotobosque, grasa animal, humus, corral, tierra y trufa.
Los mejores ejemplos de Pinot Noir siempre son los vinos finos, elegantes y evocadores. Sus taninos son suaves, de acidez larga y la fruta intensa, acompañando todas estas sensaciones un contorno aterciopelado en medio del paladar. Son vinos que acostumbran a tener una gran persistencia y un final muy agradable.
Es también una de las variedades de uva más inconstantes, es extraordinariamente sensible a las variaciones del clima y del sol; por esto necesita un clima fresco para demostrar la verdadera expresión de la variedad. No obstante cuando se cultiva en un "buen lugar" y con una firme gestión en la viña, las vides de Pinot Noir producen uvas con elevados aromas y sabores a mora y ciruela, y bastante ácido y taninos para dar estructura y textura en el vino.