Desde su fundación en Cîteaux, dentro de la Borgoña francesa, el trabajo de la viña y el comercio del vino fueron un pilar fundamental en el funcionamiento de los Monasterios de la Órden del Císter. Los monjes adquirieron muy rápidamente gran prestigio como elaboradores y este prestigio se basó siempre en una variedad de uva: “El Pinot Noir”, variedad originaria de su Borgoña natal. De forma que en su expansión por toda europa los monasterios del Císter siempre iban acompañados de una viña de Pinot Noir y, por lo tanto, el Monasterio de Santa Maria de Poblet no es la excepción.
lunes, 1 de febrero de 2010
Pinot Noir, Nuestra Uva
El Pinot Noir es una de las variedades más antiguas del mundo, originaria de la Borgoña y responsable del gran prestigio de estos vinos.
Como características primarias de este tipo de uva se encuentran los aromas y sabores a hierba, especias, fresas, cerezas, frambuesas, mora, violetas, pimienta negra, ciruelas, comporta de ciruelas, ruibarbo, remolacha y ciruelas secas.
Como fruta evolucionada son característicos los aromas y sabores a piel, tabaco, setas, sotobosque, grasa animal, humus, corral, tierra y trufa.
Los mejores ejemplos de Pinot Noir siempre son los vinos finos, elegantes y evocadores. Sus taninos son suaves, de acidez larga y la fruta intensa, acompañando todas estas sensaciones un contorno aterciopelado en medio del paladar. Son vinos que acostumbran a tener una gran persistencia y un final muy agradable.
Es también una de las variedades de uva más inconstantes, es extraordinariamente sensible a las variaciones del clima y del sol; por esto necesita un clima fresco para demostrar la verdadera expresión de la variedad. No obstante cuando se cultiva en un "buen lugar" y con una firme gestión en la viña, las vides de Pinot Noir producen uvas con elevados aromas y sabores a mora y ciruela, y bastante ácido y taninos para dar estructura y textura en el vino.